
SUEZ presentó la ponencia “Desulfuración de corrientes de biogás, upgrading de biometano y gestión de olores” en la segunda edición del congreso Net Zero Tech, Barcelona.
En este tipo de proyectos Waste to Energy, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos críticos:
Gestión de las emisiones atmosféricas y malos olores
En respuesta a estos los posibles impactos medioambientales, las autoridades locales exigen a los gestores de residuos y promotores, la realización de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para obtener la Autorización Ambiental Integrada (AAI). El EIA evalúa los posibles efectos ambientales de la planta, incluyendo estudios de calidad del aire, agua, suelo, biodiversidad, ruido y olores. En este contexto, se hace necesaria la elaboración de estudios preoperacionales de impacto ambiental por malo olores para identificar las fuentes contaminadoras, y poder proponer medidas correctoras.
Tratamiento de emisiones atmosféricas
La contaminación por olores se ha convertido en uno de los problemas ambientales más relevantes en ciudades y entornos urbanos. En una planta de biometanización, los residuos orgánicos se descomponen a través de una digestión anaeróbica, para producir biogás, y en este proceso es inevitable en zonas de trasiego y acopio de residuos, así como en el digestato generado, se encuentren compuestos odoríferos como el H2S y Compuestos Orgánicos Volátiles causantes del mal olor. Para dar solución a esta problemática, existen tecnologías de tratamiento de emisiones, destacando la biofiltración debido a su elevado rendimiento de desodorización y sus bajos costes operacionales. Esta tecnología es sostenible y respetuosa con el medioambiente durante toda su vida útil. La biofiltración avanzada con biomedio mixto inorgánico/orgánico, cumple con las normas europeas y la Technical Guidance Note for Odour, Integrated Pollution Prevention and Control (IPPC H4), garantizando emisiones inferiores a 1.000 UOe/m3.
Desulfuración
Uno de los principales problemas del mal funcionamiento de las plantas de biometanización se debe a la alta concentración de H2S en el biogás producido. Tradicionalmente se han empleado tecnologías de adsorción y procesos biológicos, con altos costes operativos y baja operatividad. La tecnología de desulfuración química regenerativa permite obtener elevadas eficiencias (< 100 ppm) sin necesidad de modificar la composición del biogás (sin introducir O2), aumentado la disponibilidad global de las plantas de upgrading.
Proceso de upgrading
Para poder asegurar la viabilidad de este tipo de proyectos se debe estudiar en detalle las distintas tecnologías de upgrading de biogás y conocer las ventajas y desventajas, así como las limitaciones, de cada una de ellas. Durante la ponencia se expusieron las siguientes tecnologías:
- Upgrading Membranas: La tecnología de membranas es un proceso de enriquecimiento muy limpio, cuyos únicos consumibles requeridos son el carbón activado para el pretratamiento y el aceite del compresor. No requiere consumo de agua y su única emisión de salida es el off-gas (CO2) y condensados. Los costes de operación del proceso son bajos debido al bajo consumo eléctrico y bajo mantenimiento requerido.
- Upgrading Aminas: Se basa en un proceso de absorción química a baja presión especialmente diseñado para eliminar CO2 del biogás. Este proceso permite recuperar el 99,9% del metano presente en el biogás.
- Upgrading PSA: La adsorción por cambio de presión es un proceso físico ampliamente aplicado en la industria del gas para purificar diferentes corrientes de gas para una variedad de aplicaciones industriales. Ha sido diseñada para purificar un biogás con una composición de 50-65 % de CH4 y el resto CO2.
Además, estos proyectos deben estar dotados de las suficientes medidas que permitan controlar y minimizar el impacto ambiental en el entorno, dado que existen procesos que pueden provocar un impacto ambiental. La contaminación atmosférica debe tenerse en cuenta, tanto desde el punto de vista de la contaminación ambiental por olores, como de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).
La tecnología existente en estos ámbitos pone a disposición de los gestores de este tipo de instalaciones herramientas muy importantes capaces de medir, controlar y minimizar este tipo de contaminación. En concreto, la Detección de gases de efecto invernaderos (GEI) mediante la tecnología ClimateAdvanced® Study de inspección de emisiones fugitivas, y la Monitorización de gases contaminantes de la atmósfera, como H2S, mediante la plataforma AirAdvanced® Sentinel.
Como caso de éxito, comentar que actualmente está en funcionamiento el equipo de tratamiento de emisiones atmosféricas de biofiltración avanzada en la planta de biometanización de Las Dehesas, y el sistema de desulfuración de la planta de Almazán.
Para más información no dude en contactar con: [email protected]


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